Una ya tiene sus
añitos y mientras que algunos recuerdos de infancia se van diluyendo hasta casi
desaparecer, otros los tengo tan presentes que me parece que sucedió ayer. El 6
de abril de 1968 era un día grande, un gran día que se repetía año tras año y que
paralizaba a todo el país.
Eran
aquellos tiempos gloriosos de la TVE, cuando sólo existía un canal (en
blanco y negro, claro!) y todo el mundo se sentaba delante de aquella mágica
caja que transmitía ilusión y que hacía soñar. Cada vez que echo la vista atrás
me doy cuenta de que los años van pasando demasiado rápido, pero me siento
también una privilegiada por haber vivido una época fascinante. A lo que iba…
ese primaveral día celebraba el XIII Festival de Eurovisión, todo un
acontecimiento de la época. Me faltaban 20 días para cumplir los 7 años y con
el grupo de amigas hacíamos apuestas sobre qué canción se llevaría el primer
puesto. En un principio, España iba a enviar a Joan Manuel Serrat para que cantara “La,
la, la”, pero se le prohibió cantarla en catalán, por lo que fue substituido
por Massiel. Aquella edición se celebró en el Royal Albert Hall de Londres y
después de una disputada carrera de votos entre Massiel y Cliff Richard, el
representante británico, la española se llevó el triunfo con 29 de los puntos.
Reino Unido hizo repetir la votación al perder por un solo punto de diferencia,
pero una vez repetida, volvió a ganar España.
Aunque
aquel pegadizo Congratulations de Cliff Richard quedó en un segundo
puesto, fue la canción del verano de 1968.
“Congratulations and celebrations
When I tell everyone
that you're in love with me
and jubilations
I want the world to know
I'm happy as can be”
Como
aquello de cantar en inglés era demasiado complicado, algún iluminado pronto le
sacó la traducción “made in Spain”,
que aquel verano me cansé de canturrear sin tener ni la remota idea de qué era
aquello del Peñón de Gibraltar.
“Congratulations
me gusta el queso
también
me gusta
la
canción de La, la, la
y
a los ingleses
de
Inglaterra
que
nos devuelvan
el
Peñón de Gibraltar”
Todos
estos nostálgicos recuerdos iban bailando por mi cabeza durante el trayecto en
coche desde Jerez de La Frontera, donde estábamos pasando aquellos días de fin
de año, hasta Gibraltar.
Tan
cerca de España y a la vez tan lejos, Gibraltar es un territorio Británico
situado en el peñón que domina la zona norte del estrecho de Gibraltar, donde
se funden las aguas del Mar Mediterráneo y del Océano Atlántico. El Peñón de
Gibraltar (en inglés The Rock) es una gran montaña
rocosa convertida en fortaleza que pertenece a los británicos desde el año
1704.
Llegamos
sin tener muy claro qué nos íbamos a encontrar y la primera impresión es un
tanto confusa: una desordenada mezcla de antiguas construcciones portuarias,
fortificaciones centenarias y edificios grises de nueva construcción.