Es cierto que la mayoría de gente que viaja a Alicante lo hace para disfrutar de sus largas playas y de su clima cálido y soleado, pero no hay que olvidar que existen unas comarcas de interior que bien merecen una visita.
Salimos de Calpe en dirección a Altea para seguir hacia el pequeño municipio de El Castell de Guadalest.
Pocos kilómetros antes de llegar a Callosa d’en Sarrià se empiezan a ver muchas plantaciones de nísperos, además de mandarinas y limones. Los nísperos de Callosa d’en Sarrià tienen denominación de origen protegida y se cultivan en invernaderos que cubren toda la vertiente de la montaña. Su zona de producción comprende además, otras localidades que pertenecen a la Comarca de la Marina Baixa, abarcando todo el Valle del río Guadalest, hasta la costa.
La carretera CV-755 es estrecha y con curvas pero son pocos los kilómetros que tenemos que recorrer hasta El Castell de Guadalest. De lejos, ya se divisa el pueblo de postal en lo alto de un peñasco, donde algunos de los edificios parecen confundirse con la misma roca.